miércoles, 8 de enero de 2014

Capítulo 32: Last day.

Tú: ¿Y que tal con Bego?-dije con una sonrisa cómplice mientras codeaba levmente su brazo-
Niall: Me va mejor que nunca-suspiró adorablemente mientras apoyaba la cabeza en su mano derecha-te puedo asegurar, _____(tn) que es la chica más dulce, guapa, adorable y miles de adjetivos más para su perfecta persona-dijo cerrando los ojos, haciendo aparecer una amplia y dulce sonrisa
Tú: Vaya-dije impresionada por como hablaba de Bego estás enamorado hasta las tancas.
Niall: Más que eso, creo que no hay nadie que supere todo este remolinos de sentimientos que siento cuando veo que su sonrisa se hace visible en sus labios-abrió sus ojos levemente, y suspiró tontamente enamorado
Tú: No existe nadie tan tierno cómo tú-dije mientras acariciaba su rubio y sedoso cabello- ¿y por qué no vino?
Niall: Tenía una especie de merienda familiar con su padre, Anne y Harry-dijo mientras subía uno de sus pies a la mesita de centro-
Tú: Supongo que por eso Harry se fue tan pronto-sonreí tímidamente mientras Niall subía y bajaba las cejas-

Y así pasamos toda la tarde, riendo y contándonos nuestros secretos más ocultos, como siempre a sido, y siempre será así, la verdad que necesitaba una tarde con mi mejor amigo, aún que el sobrepasa los aspectos de «mejor amigo» él es mi hermano, su familia me trata a mi como una hija más, y la mía igual, somos uña y carne, está claro que sin él, no soy yo. Niall se fue cuando estaba entrada la noche, me daba algo de miedo que saliera a estas horas solo, pero me dijo que llevaba su coche, pero que para que me quedara más tranquila, me mandaría un mensaje, y así fue, a los quince minutos de marcharse me llegó un Whatsapp de él “ya he llegado a casa, puedes dormir tranquila, ningún violador con un pene de quince metros desfloró mi sexy y hermoso culito. Descansa, te quiero”
Y así es como Niall intenta que me quede tranquila, reí para mi misma y le respondí “me alegro que tu sexy y hermoso culito siga siendo virgen, jajaja. Descansa tú también, te quiero".

Dejé el móvil a un lado y me puse a recoger el pequeño desastre que había montado Niall. Cuando terminé me puse mi pijama de pingüinos, cené un poco de pasta y me fui acompañada de mi libro a dormir. Empecé mi tranquila lectura hasta que me quede dormida. 


Ring.
Ring.
Ring.
Ring.

Sonaba mi estridente despertador, abrí un ojo y rápidamente lo volví a cerrar por la molesta luz que se colaba por mi ventana. Me levanté perezosa y apagué el despertador objeto creado por el mismísimo Satán. Me dirigí al baño y me di una larga y relajante ducha. Salí de ésta me sequé todo el cuerpo y enrolle mi melena roja en una toalla. Y así salí dirigida hacia mi armario para buscar algo de ropa, saqué de mis cajones un conjunto de ropa interior, no muy sexy, tenían unos estampados muy infantiles, y me encantan. Ya con la ropa interior puesta me decidí por unos vaqueros pitillos negros, una sudadera de «The Pretty Reckless» y unas convers negras, me hice una coleta alta, rápida y con mi mochila en un hombro, mis casco en mis oídos con la musica a todo volumen y una mandarina en mi mano, me dirigí hacia el último día del primer trimestre de la universidad.

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