sábado, 23 de noviembre de 2013

Capítulo 22: Ni ahora, ni nunca.

Después de la gran confesión de Bego a Niall, salimos del centro comercial para ir cada uno para casa, Niall se iba ha quedar en mi casa a dormir, pero después de la confesión, la gran confesión, dejé ir solos a los tortolitos en su primera cita, Zayn dejó uno por uno cada uno en su casa, yo fui la última en llegar. 

Zayn: Bueno, pues aquí estamos-dijo aparcando en frente de mi edificio de apartamentos- 
Tú: Sí-sonreí mirando por la ventana- bueno, ¿nos veremos mañana? es sábado..-dije dirigiendo mi mirada hacia él- 
Zayn: Sí, podríamos ir de copas, o algo así-dijo sonriendo- 
Tú: Nunca he ido-fui sincera- y no quiero empezar con las borracheras-reí levemente- 
Zayn: Yo te cuidaré para que no empieces nunca-rió y me besó la frente- hasta mañana, pequeña. 

Estaba apunto de bajar, pero antes de que eso suceda, me giré repentinamente, y besé los labios de Zayn suavemente, al deshacer el beso, veo una sonrisa plasmada en sus labios. 



Entré a mi habitación, estaba todo completamente a oscuras, me fijo en mi cama, hay alguien, di un leve bote y salí corriendo hacia mi cocina a por un rodillo de madera...
El miedo recorría mi cuerpo, me podrían matar, violar, cualquier cosa... Llegué a la puerta de mi habitación y me asomé por el umbral, no quería ir a ciegas, quería ver antes la cara de mi agresor, o lo que fuera eso, metí rápidamente la mano dentro de la habitación, apreté el botón rápidamente y... se hizo la luz, algo más aliviada, miro hacia mi cama, y allí estaba... espera, ¿Styles? 
Solté el rodillo de la impresión y chocó varias veces contra el suelo. Notaba como el color de mi piel iba descendiendo y se volvía blanco, como si hubiera visto un fantasma. 

Tú: ¿Styles?-dije con la voz un poco rota, por el miedo- ¿qué haces aquí?-no respondió, ni una mirada, nada- 

Estaba cabizbajo, mirada hacia el suelo mientras jugaba con la cremallera de su cazadora, casi ni se le escuchaba respirar, casi, ni pestañeaba, parecía que estaba muerto en vida. 

Tú: Styles-volví ha repetir algo más segura-

De nuevo, ninguna respuesta, ni siquiera, me insultó, creo que es algo bipolar, primero, se mete conmigo, durante toda la vida, luego se arrepiente y me pide perdón, luego no me quiere ver, y la vez que me ve, me insulta, y ahora, entra en mi casa y no me habla. 
Caminé despacio hacia él, las piernas me temblaban levemente, y si no fuera porque estoy tensando mi mandíbula, esta misma, estaría chasqueando. 

Tú: Styles...-dije casi como un susurro- ¿qué haces aquí?-volví ha repetir como un susurro- 

Y sin ninguna respuesta, se levantó rápidamente, como si le hubieran clavado una chincheta en el culo. 

Harry: Cállate, ¡maldita sea!-dijo chillándome. Por la impresión, pegué un bote- no haces más que confundirme...-dijo susurrando- 
Tú: ¿Confundirte?-pregunté extrañada- ¿por qué?
Harry: ¡Por todo!-volvió ha chillar, aun que esta vez, no me asusté- primero todo normal, yo te insulto, y tu pasas, luego, viene Louis y me dice que te pida perdón, y en realidad, llegué a pensar que me arrepentía, luego Bego, habla de mi amor hacia ti ¿amor?-rió irónicamente- pensé que estaba loca, que no tenía cuerda en su cerebro-dio un paso hacia mi, quedando casi a milímetros- y luego... luego sales con Malik... y siento que ya nada tiene sentido-susurró- ¿y sabes por qué? porque en estos momentos, desearía ser Malik-dijo mirándome a los ojos, en sus ojos esmeralda, vi una chispa, sus ojos brillaban, y ciertamente, parecía que fuera a llorar- 
Tú: Estás borracho...-dije intentando auto-convencerme- 
Harry: Oh, sí, tengo varias copas de más-admitió- pero te aseguro, que sigo algo consciente para recordar mañana, lo que haré ahora mismo. 

¿Ahora mismo? ¿a que se refería? y sin dejarme contestar, cogió suavemente mi cintura, y me besó. 
Sus labios se abrían y cerraban al compás de la séptima sinfonía de Bethooven, sé que es una comparación extraña, pero ciertamente, sus labios me recuerdan a esa perfecta melodía. 
Yo, no podía hacer nada, mis ojos estaban abiertos como platos, y los suyos, cerrados, parecía que estaba en completa paz. 
No podía seguir, tenía novio, pero una parte de mi, me decía que siguiera, que disfrutara del momento, pero no, no quería ser una más en su lista, así que le empujé. 

Tú: Vete-chillé- no pienso ser una más, Styles-repetí mis pensamientos, en voz alta- lárgate con tus mentiras-dije mirándolo fijamente- después de tantos años igual, ¿crees que soy idiota y me voy ha creer todo eso?, ¿crees que de repente me voy ha enamorar de ti? después de que por tu culpa tengo mi autoestima por los suelos, después de que por tu culpa todo el mundo me mira como si fuera de Marte-mis ojos se aguaron, y en mi garganta empezó ha atarse un nudo- ¿crees que todo es tan fácil? yo no soy como las demás, me arruinaste la vida, Styles, ahora, no puedes venir a mi casa, colarte, con tus preciosos ojos y tu sonrisa perfecta, y hacer todo lo que has hecho-una lágrima salió de mi ojo izquierdo, recorrió la mitad de mi mejilla y me la sequé bruscamente- y si estás consciente para recordar mañana lo que has hecho ahora mismo, recuerda mis palabras: jamás me enamoraré de ti, jamás saldré contigo, jamás nada.

Y sin dejar terminarme de hablar, salió de mi habitación y en la lejanía, escuché un portazo, empecé a llorar descontroladamente, me tendí en el suelo, a modo de indio, y seguí llorando. 
Me fijé en una caja que había justo debajo de mi cama, me acerqué hasta ella a gatas, la saqué entre las brotas de polvo, la abrí dejando ver su interior y allí estaban, mi colección de cuchillas con las que por lo menos, tres veces al día, cortaba mis venas. 

Cogí una, y la deslicé por mi muñeca, aún con ropa, me subí la manga, y empecé el crimen con mi cuerpo. 

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